Violencia de género “pandemia oculta” que sigue atacando
En un contexto de postpandemia continúa siendo tratada mediante leyes y capacitaciones para erradicarla.
Es innegable la notoria relevancia social y política que en los últimos 10 años obtuvo en nuestro país el término “género”. Los medios se han desprendido del término de crímenes pasionales -aunque no está extinto- para hablar de violencia de género, y algo parecido pasó con la violencia doméstica. A pesar de que queda un largo camino para erradicarla, hoy en día tales situaciones se las puede entender y emprender un camino para erradicarlas desde una perspectiva de género que desnaturaliza diferentes formas de violencia contra las mujeres.
Para comenzar, es de importancia dejar pactada qué comprensión de término género se hará referencia. Se considera que la de Seyla Benhabib, profesora de ciencias políticas y filosofía política, citada por Lagarde, es la más acertada y cuestionadora: “es una categoría relacional que busca explicar una construcción de un tipo de diferencia entre los seres humanos. Las teorías feministas, ya sean psicoanalíticas, posmodernas, liberales o críticas coinciden en el supuesto de que la constitución de diferencias de género es un proceso histórico y social y en que el género no es un hecho natural. Aún más… es necesario cuestionar la oposición misma entre sexo y género.”
También es conveniente dejar claro a qué nos referimos cuando hablamos de perspectiva de género. El término expuesto por la antropóloga Marcela Lagarde abarca e invita a la reflexión sobre las diferencias y similitudes que posicionan a los hombres y mujeres en la sociedad, Lagarde afirma que dicha perspectiva “analiza las posibilidades vitales de mujeres y hombres; el sentido de sus vidas, sus expectativas y oportunidades, las complejas y diversas relaciones sociales que se producen entre los dos géneros, así como los conflictos institucionales y cotidianos que tienen que afrontar y las formas en que lo hacen”.
Pareciera que se habla de un tiempo muy lejano cuando uno se refiere a la “postpandemia”, o de que es un período ya clausurado en nuestras mentes, pero lo cierto es que siguen apareciendo secuelas en estadísticas en nuestro país, el 44% de las mujeres declaran haber padecido algún tipo de violencia física o psicológica en los últimos 12 meses según los datos de la encuesta de WIN.VOICES. Florence Raes, representante de ONU Mujeres para Argentina, afirmó que “si bien en la región se han potenciado las líneas de atención de casos de violencia, estos han incrementado y lo femicidios no cesan. Se trata efectivamente de otra pandemia a atacar.”
Leyes: un largo camino de obstáculos y mejoras por hacer…
En la última década se aprobaron leyes como la N°26150 que establece el derecho a la Educación Sexual Integral a estudiantes de todo el país, también se hizo presente la N°3040 con el objetivo de prevenir y erradicar la violencia intrafamiliar y la N°26485 que promueve una protección integral a las mujeres. Lo que tienen en común dichas leyes es el objetivo de erradicar la violencia en todas sus formas, entonces… ¿cómo se aplican? ¿son realmente efectivas para quienes la necesitan?
Daniela Rivas es integrante en la atención psicológica del equipo de la Comisaría de la Familia en Cinco Saltos, Río Negro. Cuenta que allí trabajan con dos leyes: la N°26485 y la N°3040. En los últimos meses el 90% de los casos de violencia han sido exclusivamente hacia la mujer, relata, además, que los tipos de violencia que más se suelen ejercer con la física y la psicológica.
“El solo hecho de que se tomen medidas cautelares, que se hagan intervenciones cuando hay niños, es el organismo que los protege. También se le pide un abordaje al Área de Salud Mental, no solo para quien denuncia, sino para las dos partes”.
Respecto a los tipos de violencia, Loredana Zeballo, Prof. en Psicología en el CENS (Centro Educativo de Nivel Secundario) N°16 de Contralmirante Cordero e integrante de la Unidad de Salud Mental en el Hospital de Manzano, Río Negro, relató que abundan dificultades al momento de ayudar en situaciones donde hay violencia económica y la relación de poder es desigual, ya que el espacio del hogar está organizado de manera tal que el hombre es el dueño de la casa y, por ende, es el que decide económicamente.
El CENS N°16 es un secundario que ofrece la posibilidad de jóvenes y adultos de iniciar o completar el ciclo secundario de estudios, a partir de los 18 años cumplidos; la edad promedio en la mayoría de los jóvenes que asisten es entre los 18 y 30 años.
“Hay mujeres con trastorno de la ansiedad y/o pánico, depresión, que tienen desde niñas por cuestiones familiares o de vivencia y la violencia en sus parejas profundiza esos problemas ya instalados. Además, la violencia aparece en parejas reales, en personas reales con historias, entonces daña y refuerza más aquello que ya venía dañado. Además, las situaciones se complican más si hay consolidada una familia con hijos”, cuenta la profesional Zeballo.
Este tipo de casos con problemáticas que se terminan vivenciando en la actualidad, tienen una estrecha relación con toda una historia de desigualdad que recae constantemente en el género femenino. A pesar del paso de cientos de años de historia en los que se gestaron grandes cambios positivos para el género femenino, se siguen reflejando en los aportes de la autora Federici (2004), la problemática de una estructura patriarcal en la familia.
“El énfasis se ha puesto, entonces, en el hecho de que en la nueva familia burguesa, el marido se convirtiese en el representante del Estado… se constata también que la mujer perdió mucho de su poder, siendo generalmente excluída de los negocios familiares y confinada a la supervisión de la casa. (p.149)
El camino hacia una perspectiva de género: implementación de la ESI
Rosa Gutiérrez es docente y oriunda de Cinco Saltos, trabaja actualmente en la Escuela N°84, y N°188 Cinco Saltos, ejerce la docencia hace más de 20 años y trabajó en escuelas primarias como la N°206, N°252 y N°63 de la ciudad cincosaltense. Hoy en día es encargada de los talleres de ESI (Educación Sexual Integral) de ambas escuelas que se dan todos los meses. Relata que se ha reforzado y ampliado la temática de la igualdad de género.
“Ahora se abarca más lo emocional, lo psicológico del crecimiento, su sexualidad no es el eje fundamental, son necesarios estos tres aspectos para que sea una salud verdaderamente integral”.
A su vez, cuenta que en los casos de violencia intrafamiliar es muy común que este tipo de violencia comience en la casa pero que se termine trasladando a cualquier lugar y muchas veces se hace presente en el establecimiento de las escuelas. Uno de los ejes conceptuales más distintivos de la ESI es que los jóvenes tengan la capacidad de hacer un análisis de la sociedad patriarcal Gutiérrez mencionó que unos de los objetivos finales es que puedan dar cuenta de los roles encubiertos que siguen instalados en nuestra sociedad.
Además, el SENAF (Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia) es la institución que se encarga de la planificación y ejecución de políticas públicas tendientes a garantizar los derechos de niños, niñas y adolescentes. Respecto a la gestión de los seguimientos, la docente expresó: “El SENAF es la única institución desde la que nosotras podemos hacer un seguimiento y está desbordado, como institución tiene que cubrir muchas localidades del Alto Valle y es casi imposible”
Por otro lado, Zeballo relata que sigue apareciendo otra cara de la violencia en el ámbito institucional, en donde entran en juego las relaciones de poder y se manifiestan como agresiones verbales de docentes a estudiantes. Contó que se está logrando que se cumpla la obligatoriedad de las capacitaciones y talleres de género a profesores con el objetivo de frenar y evitar a futuro otros tipos de violencia por parte de profesionales.
“Tratamos de hacer un seguimiento, pero una cosa es mi caso que cuento con capacitaciones y experiencia en género y otra cosa es el docente que no lo tiene, porque lo primero que hace el padre es amenazarte. Más allá de que tengamos una obligación civil de denunciar, no tenemos el apoyo de alguien que nos esté cuidando.”
Gutiérrez y Zerballo coincidieron en la postura de que ahora hay más inquietud y urgencia por cumplir con lo legal, aunque todavía haya casos en los que no se cumpla.
ESI surge en el 2005, luego la Ley N°26485 en el 2009, luego la 3040, la Ley Micaela, ahora la Ley Lucio, todas fueron situaciones de violencia que fueron marcando la evolución y las necesidades imperantes que la sociedad fue necesitando. Se podría decir, entonces, que se legisla a partir de una demanda y una necesidad concreta, observada dentro de la sociedad. Las leyes son, al fin y al cabo, una expresión de nuestro tiempo y una prueba de las necesidades que se hacen notar colectivamente. Si bien el paso del tiempo va requiriendo la creación de cada vez más leyes que logren llegar a situaciones de violencia en las que el género femenino termina siendo estadísticamente el más afectado, sigue fallando la imposibilidad de las instituciones como el SENAF se poder trabajar sobre todos los casos que se dan en el Alto Valle.
La mejora y profundización de tema género en talleres de Educación Sexual Integral, más leyes para facilitar el alcance a un trabajo, mejorar situaciones económicas de mujeres que se encuentran en una situación de violencia económica y la mejora de atención para casos de violencia psicológica son todavía una cuota pendiente.
Bibliografía:
- Lagarde, Marcela. El género. La perspectiva de género. En Género y Feminismo. Desarrollo humano y democracia. Editorial horas y HORAS. España, 1996.
- Federici, Silvia. El Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpos y acumulación originaria. Traficante de Sueños, Madrid. 2004.
- Chaher, Sonia y Santoro, Sonia. Las palabras tienen sexo, introducción a un periodismo con perspectiva de género. Artemisa Comunicación Ediciones. Buenos Aires, 2007.
- Voices! Informe 8 de Marzo- Día Internacional de la Mujer. 8M Día Internacional de la Mujer | WIN Voices! 2023 / Informes — Voices! (voicesconsultancy.com)